Las balaustradas de los balcones son uno de los ornamentos más bonitos y más cuidados en cualquier vivienda que quiera tener un poco de categoría. Las viviendas más lujosas suelen tenerlos en piedra, la cual es trabajada de formas y maneras diversas para conseguir resultados de lo más original. Pero en los pisos de ciudad, el hierro es el material más utilizado cuando se busca calidad.
El hierro es muy estético, puede pintarse en diferentes tonalidades y no necesita mucho mantenimiento porque es resistente. Pero, con el paso del tiempo pueden empezar a aparecer marcas de óxido que es necesario tratar para que la cosa no vaya a más y se acabe deteriorando el balaustre.
Restaurar una balaustrada de hierro no es una tarea muy complicada. Especialmente si se trata tan solo de reparar algunas marcas de óxido pero, en general, la pintura está en muy buen estado. Solo hay que comprar proanox del mismo color en el que está pintado todo el hierro y aplicarlo directamente. No es necesario lijar, ya que esta pintura cuenta con producto anticorrosión que impide que el óxido continúe extendiéndose. No obstante, en algunos casos es recomendable hacerlo cuando hay demasiado óxido o este ha formado un abultamiento, de manera de no se note cuando se pinta. Para pequeños espacios, el formato spray es el más cómodo.
Si la balaustrada no se ha cuidado y mantenido durante mucho tiempo, el óxido puede estar por diferentes puntos y, además, la pintura puede verse muy deteriorada. En estos casos, lo mejor es aplicar un poco de lija por toda la superficie para asegurarse de que queda uniforme. Se eliminan así los abultamientos de óxido de los que hemos hablado, pero también suciedades pegadas. No es necesario retirar toda la pintura ni quitar todo el óxido, pero sí las partes más sobresalientes. Una vez que hemos lijado toda la superficie, se pinta con proanox para que quede totalmente unificado el color.
Este proceso es también válido en el caso de que queramos cambiar el color de la balaustrada, aunque es recomendable lijar un poco más. No es preciso quitar todo el color anterior, pero el lijado contribuirá a un mayor agarre de la pintura en el nuevo tono. Pueden ser necesarias dos manos para cubrir por completo el tono anterior, especialmente si el nuevo es más claro que el que se había utilizado antes.